El aceite de Roma y América
Hace 2.000 años, el aceite del Aljarafe aliñó las ensaladas de Roma, y 1.500 años después, alumbró los candiles de la cristiandad en la forja del imperio español, al otro lado del mundo.
Roma y América encontraron en la sociedad Guadalquivir Aljarafe un paraíso donde cultivar, cosechar y transportar el oro verde para mayor progreso y alimento de una nueva civilización.
Recorre los lugares de este arte de la mano de maestros olivareros y aceiteros, descendientes de una dinastía y tradición milenaria.
Experimenta el arte del verdeo y saborea los paisajes del saber y el sabor del aceite del Aljarafe.
Los olivos de Huévar del Aljarafe y Pilas te esperan al pie de haciendas, molinos y almazaras.
Te ubicas en la coqueta población de Huévar del Aljarafe. El pueblo campiñés más próximo al cauce del Guadiamar, es tu primer objetivo.
Tanto si has llegado desde Huelva como desde Sevilla, habrás podido comprobar cómo los cereales dejan paso a los olivos, cada vez más prominentes y globosos.
El antiguo hacer de las manos olivareras y el rico suelo de la campiña se dejan sentir en el trato y los frutos ofrecidos.
Huévar del Aljarafe te recibirá modesta y secretamente. A primera hora de la mañana no existe mejor opción que tomar energía mediterránea con uno de los desayunos especiales del Hostal Pechi. Famoso por la hospitalidad y gastronomía de su restaurante y terraza, y abierto al público desde bien temprano, atrapa y demora al cliente en el placer de sus tostadas y cafés.
De camino al vehículo una escala obligada se te ofrece a través del tiempo: el Palacio del Marqués de la Motilla posee aún la prensa y el molino aceitero más antiguos de los alrededores, en funcionamiento hasta hace pocos años.
Un pequeño paseo, y el sol ya calienta lo suficiente el aire y los olivos. Es el momento de tomar el vehículo pasar a la segunda etapa del día: La almazara de San José.
Cinco minutos y estás en pleno campo, entre lomas y vaguadas que vierten las aguas de la campiña al cauce del Guadiamar. Aquí, tu visita concertada, te permitirá recorrer todos los pasos del arte aceitero. El cultivo, la cosecha, el trato de la aceituna y la obtención del aceite.
Tras rica degustación y calurosa despedida recoges el vehículo y recorres la distancia entre Huévar del Aljarafe y Pilas, próximo destino.
La carretera permite el recreo de la vista en valles y laderas repletas de rotundos olivos y alineadas viñas, en uno de los mosaicos del Aljarafe donde mejor apreciarás la esencia agraria histórica de esta antigua región.
Llegas a Pilas por el norte, acompañado por la nutrida arboleda del arroyo Alcarayón en parte del camino.
Esta industriosa localidad, pionera, próspera y dinámica, posee un amplio casco urbano en el que encontrar edificios históricos directamente relacionados con la industria tradicional del aceite.
En tu cómodo deambular hallarás la Torres de los Molinos de Las Resinas y el Marqués de Castellón, así como la Hacienda de la Calle Juan Carlos I, conocida como “El Corralón”.
Durante el paseo por la historia del aceite, es seguro que te habrás percatado de la existencia de apetitosas paradas, escalas irremediables que te habrán ayudado a comprender la importancia del arte oleícola para el cuerpo y el espíritu. El ambiente de las bodeguitas El Corralón, El Coto o La Canasta, hizo el resto.
Si el tiempo acompaña y la compañía se deja, puedes poner broche de oro en cualquiera de las cafeterías que riegan la zona histórica de Pilas. Según la época, tortas de Carreritas, hornazos, poleás o torrijas, completarán en tu retina el atardecer urbano de cualquier día entre los animosos pileños.