Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción.

Ruta Hasekura

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Tesoro Carambolo

El término de Espartinas se forma durante la Edad Media a través de la progresiva agregación de varias heredades procedentes de los repartimientos posteriores a la conquista del s. XIII. Al núcleo principal de Espartinas se le iría sumando la población de otros enclaves como Cazalla Almanzor o Paterna de los Judíos, de forma que el hecho urbano en Espartinas se deriva de la agregación de poblaciones previamente existentes. Por otra parte, durante la mayor parte de la Edad Media y la Edad Moderna, Espartinas presenta una traza urbana estrechamente ligada al Camino Real de Huelva a Sevilla (actual travesía del núcleo urbano), sobre el que se construyen la mayor parte de las casas. A partir de esta disposición lineal se organizarían más tardíamente otros crecimientos transversales, relacionados también con caminos históricos, como el de Coria o el de Villanueva del Ariscal. Es por tanto sobre la “Calle Real”, principal arteria del núcleo urbano de Espartinas, sobre la que se construyen la mayor parte de los edificios principales, caso de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. El origen de la iglesia de La Asunción hay que buscarlo en la ermita de Santa María de Consolación, probablemente de origen bajomedieval y cuya titular todavía recibe culto. Sin embargo, los restos más antiguos conservados nos sitúan
en el templo mudéjar levantado en 1556, compues to por tres naves separadas por arcos de medio punto sobre pilares, y con cubierta de tejas, a un agua las naves laterales y a dos aguas la nave central. No se conserva la capilla mayor de esta iglesia primitiva, ni tampoco la fachada principal, sobre la que se situaría la torre campanario en el lugar ocupado actualmente por una espadaña. Es precisamente durante el s. XVI cuando tenemos las primeras noticias documentales sobre la aparición de hermandades en Espartinas. En 1539 existía ya la Hermandad de Nuestra Señora de Agosto, centrada en los cultos anuales dedicados a la Asunción de la Virgen María, cuya función principal era la procesión de la imagen de la Virgen el 15 de agosto. Por su parte, en 1591 hay constancia de la existencia de la Hermandad de la Vera Cruz, dedicada inicialmente al culto de la Santa Cruz (con procesión en el mes de mayo) y de San Bartolomé (con procesión en el mes de agosto). La Hermandad de la Vera Cruz experimentaría posteriormente una evolución hacia hermandad de penitencia, siendo ya en el s. XVII cuando se incorporarían las imágenes de Nuestro Señor de la Sangre (primera mitad del s. XVII), y Nuestra Señora de los Dolores (finales del s. XVII o comienzos del s. XVIII). Ambas imágenes siguen recibiendo
culto en la actualidad, dentro de la Hermandad Sacramental de Espartinas, y formando parte sustancial de la Semana Santa espartinera. La iglesia mudéjar que pudo contemplar Hasekura Tsunenaga durante sus estancias en Espartinas experimentó diversas reformas a partir del s. XVII, destacando la construcción de la capilla sacramental hacia 1695, espacio donde todavía hoy se rinde culto al Señor de la Sangre y a la Virgen de los Dolores. Pero las principales actuaciones se fechan a partir de 1727, cuando como consecuencia de la necesidad de disponer de más espacio se procede a redefinir toda la cabecera del templo, ampliando la capilla mayor e incorporando dos nuevos espacios, la sacristía (actual capilla de la Virgen de Consolación) y la capilla del Sagrario. Esta intervención permitió también la apertura de un nuevo acceso directamente sobre la Calle Real, de estilo neoclásico y compuesto por un vano central de medio punto entre dos pilastras dóricas sobre pedestales, un friso superior y un gran frontón triangular. Otro espacio singular de la iglesia es la capilla bautismal, que conserva una pila labrada en mármol blanco fechada en 1627. En la nave central, el retablo mayor alberga la imagen de la Virgen de la Asunción, titular de la parroquia, flanqueada por San José con el Niño Jesús y San
Antonio de Padua. Al exterior, destaca la espadaña que alberga las campanas, reformada en el s. XVIII pero probablemente originaria del s. XVII, y caracterizada por su gran porte.

Impacto positivo
Paquetes turísticos por el desarrollo del Aljarafe
Impacto social y de género

La difusión de los recursos turísticos y la comercialización de estos paquetes, tendrán un impacto positivo sobre el empleo local, ya que todas las empresas participantes son locales.

Habrá un impacto positivo notable sobre el sector femenino, ya que los servicios de guías se realizarán, casi en su totalidad, por empresas integradas por mujeres, mejorando su empoderamiento y papel en la economía local.

Impacto económico

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El aumento de facturación de estas empresas y junto con la presencia de turistas que consuman otros productos típicos durante sus visitas, generará una dinámica positiva que beneficiará a todo el tejido empresarial.

Impacto ambiental

Para la medición de impactos, se han tenido en cuenta indicadores ambientales como la Huella de Carbono, gestión ambiental de establecimientos, etc.

Las empresas de transporte miden sus emisiones de CO2 e introducen medidas para disminuirlas.

Los menús están confeccionados a partir de productos de temporada de la zona.

Los hoteles participantes, se comprometen a medir sus impactos ambientales y controlarlos a través de la implantación de ISO 14001 y Huella de Carbono.