Baños Árabes

Palomares del Río

Baños

Situado en la intersección de la calle Iglesia y el camino a Gelves, sobre una elevación del terreno en la zona oriental del municipio y cercano a la vega del Guadalquivir.

El baño se considera fundamental en la tradición cultural árabe y en el Corán. El baño tiene una acción purificadora que habilita al musulmán para la oración. Así, se puede interpretar el origen de la iglesia como una mezquita musulmana, debido a su cercanía a los baños, y por conservar, la iglesia, la torre de origen mudéjar. Se data en torno al siglo XII-XIII, época de dominio almohade en Al-Andalus.

Los baños no son de inmersión como los romanos, sino que son por medio del vapor de agua. Después de dejar sus pertenencias en el vestuario, se accedía al baño a través de la sala fría, posteriormente se pasaba a la sala templada y finalmente a la sala caliente. Cada sala tenía distintas temperaturas, pasando del agua fría a la caliente.

El baño sufrió cambios en época contemporánea, ya que el propietario de los terrenos cegó las puertas originales y abrió una nueva en el muro S.
Los baños de Palomares tienen la particularidad de ser los únicos de estas características en el ámbito rural de la provincia de Sevilla.

El baño consta de tres salas, sala fría, sala templada y sala caliente, y de una sala de acceso o vestuario, unidas mediante un pasillo transversal.

Vestuario o acceso, se encuentra muy deteriorado y destruido, debido a la construcción en tiempos de la dictadura de Primo de Rivera(1923-1930) del antiguo “camino a Gelves”.

Sala Fría(al-bayt al-barid) se encuentra destruida la cúpula de la sala, permaneciendo los arranques de los distintos muros. La solería original dispuesta “a palma”, se ha mantenido en gran parte de la sala. En el extremo SE aparece lo que pudo ser una letrina.

Sala templada(al-bayt al-wastani). Es la única que se encuentra completa. Sus dimensiones son de 8m de largo por 4m de ancho. En la bóveda se aprecian estrellas de 8 puntas o luceros, que permitían la entrada de luz. En el muro exterior de la sala templada se aprecian los arranques de la bóveda que cubría la sala fría. Se ha descubierto una cañería de cerámica que transcurre por el muro que separa la sala fría de la templada, en dirección al interior de la sala fría.

Sala caliente(al-bayt al-sajun). Se encuentra al oeste y paralela a la sala intermedia. Conserva la solería “a palma” en los extremos de la sala. Se observan dos bañeras cuadrangulares o denominadas también pilas de inmersión. Entre ambas pilas se ubica el acceso a la zona de servicio del baño, es decir, la zona para la caldera y el almacén para la leña.

El baño fue excavado y restaurado en 2001, después de ser declarado Bien de Interés
Cultural (B.I.C.) por la Junta de Andalucía. En el 2005 se produjo el hallazgo casual de unas estructuras, junto a los baños, pudiendo estar relacionadas con estos.

Además de la restauración de los baños, se ha intentado recrear lo que sería un jardín en época musulmana, intentando aproximarse a la flora de la época.

Del baño público o hamman, fechado entre los siglos XII y XIII, se conserva una estancia de ocho metros de largo por cuatro de ancho, de planta rectangular y con bóveda esquifada. Su interior podría haber sido decorado originariamente con ataurique, aunque los encalados y pinturas de época reciente impiden confirmarlo. Lo reducido de sus dimensiones concuerda con las descripciones del cronista de la época Idrisi, que recoge la existencia de pequeñas instalaciones balnearias en las aldeas del Aljarafe sevillano.

De los otros restos integrados en la zona arqueológica, destaca un pozo donde funcionaba una noria para sacar el agua. En la delimitación también se han tenido en cuenta las noticias, no confirmadas arqueológicamente, de la posible existencia en las proximidades de una alberca de unos ocho metros de largo por cuatro de ancho que se encontraría intacta debido a la alta colmatación del terreno.

La importancia de los baños árabes

EL HAMMAM, UNA FIESTA PARA LOS SENTIDOS.

En plena Edad Media, cuando la España cristiana atravesaba un periodo de oscurantismo en el que ni siquiera se planteaba ningún tipo de higiene y mucho menos la personal, la Córdoba musulmana contaba con mas de seiscientos baños árabes públicos.
Herederos de las termas romanas, algunos eran muy humildes y económicos; otros, todo un lujo para sibaritas. Sus muros estaban alicatados y sus estancias separadas por arcos y columnas; los techos, abovedados y con lucernas. No solo servían como lugar de descanso, sino también de reunión social y política.

Algunos tratados de la época muestran el refinamiento de nuestros antepasados andalusíes, describiendo con todo tipo y detalles sus costumbres higiénicas y la moda de sus gustos personales, como eran el uso de pasta dentífrica, cremas depilatorias, aceites y espumas aromáticas con esencia de almizcle, jazmín o violeta.

Quizá sin tanta sofisticación, e independientemente de que las viviendas dispongan o no de confortables bañeras, los marroquíes acuden todavía con gusto y de manera periódica al Hammam. No tanto los mas modernizados.

El origen de esta antigua costumbre popular seguramente proviene de las recomendaciones que en cuanto a la higiene y a las preceptivas abluciones, el Islam supo siempre inculcar, ya que, según reza un hadith del Profeta: “la higiene es una manifestación de la fe”

Así, limpiar y cuidar el cuerpo, además de ser una práctica placentera, también es un acto de fe, en el que el agua se convierte en la manifestación generosa de lo creado y elemento purificador del cuerpo y del alma.

Para el mundo islámico el agua es un don divino, pero también significa la sabiduría profunda y la pureza, la bebida por excelencia que apaga la sed del alma.

Por todo ello, el hammam se convierte en pasaje obligatorio para los grandes eventos de la vida: el nacimiento, la circuncisión y el matrimonio.
La magia del baño y el ritual del hammam no solo se debía a la sensación de haber renacido, sino a la de haber sido tú misma el agente de ese renacimiento

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